El 18 de octubre de 2019 el pueblo chileno se declaró en rebeldía. Los estudiantes decidieron evadir el pago del pasaje del Metro, que días antes había subido $30, afectando a la mayor parte de la población trabajadora de la ciudad de Santiago. Ese acto fue el detonante de un descontento social generalizado ante la falta de igualdad impuesta por un sistema neoliberal extremo validado durante 30 años por un régimen democrático que siempre ha estado a la sombra de una estructura capitalista instalada por la dictadura.
Al día siguiente el gobierno de derecha de Sebastián Piñera envió a los militares a la calle y le declaró la guerra a su propio país. La violencia policial se tomó las ciudades enfrentando al pueblo que se defendía haciendo sonar ollas vacías y lanzando piedras.
Desde entonces, los ciudadanos rebeldes hemos estado en las calles resistiendo de manera activa la violencia de la autoridad y generando manifestaciones de todo tipo para hacer visibles las injusticias que nos afectan a todos los chilenos. La ciudad se transformó en un libro lleno de palabras e imágenes producidas de manera independiente, auto gestionadas y espontáneas. Carteles fotocopiados, serigrafías, impresos en tipos móviles y grafitis transformaron el escenario urbano con una voz que pide el cese de la violencia policial, la salida del presidente y una nueva constitución política que reemplace al texto que ha dejado al pueblo en la pobreza en beneficio de los grandes empresarios.
Artistas que han preferido el anonimato para trabajar, hoy están movilizados por un cambio, imprimiendo y pegando sus trabajos en los muros de Chile. Los afiches de nuestra revolución están comenzando a circular por el mundo.
Este archivo incluye material recopilado entre los meses de octubre de 2019 y marzo de 2020. Algunos de los autores de estas piezas compartieron sus trabajos para ser expuestos en la Volumes Zürich Art Book Fair y en la feria Rrreplica de CDMX, parte de una acción de apoyo y solidaridad con el pueblo chileno. Como una colección viva, esta galería se mantendrá activa recibiendo voces, registros y aportes gráficos del material que se produjo durante ese período de tiempo.
La resistencia gráfica continúa. En nuestro país imprimir es resistir.